lunes, 18 de enero de 2016

No nos engañemos: la educación está de moda. Es un tema que actualmente está presente en sobremesas familiares y en los debates de política.

No obstante, siempre se habla de ítems y de conceptos que, pese a estar ligados al sistema educativo no lo está al verdadero hecho de enseñar, enriquecer y educar. Se habla de presupuestos, de leyes, de becas, de pruebas de acceso, de tasa de aprobados en selectividad, de los valores regresivos de hoy en día, de los costes de los comedores escolares, y de mil cosas más que deja de lado a los dos conceptos fundamentales de los que se componen los procesos de enseñanza y aprendizaje ; el alumno y el docente.


¿Qué es un docente hoy día?

La figura docente (el profesor) ya no es un mero vehículo transmisor de conocimiento e información y sería absurdo si así fuera. Un alumno consultando bases de datos de internet durante un mes puede albergar más conocimiento sobre un tema concreto y teórico que su profesor, lo que demanda un cambio en la forma de enseñar, pues no es coherente seguir un método tradicional de enseñanza si en pleno siglo XXI puedo consultar un dato del tema que sea en mi teléfono móvil, el cual contiene y alberga al que muchos considerarían al mejor profesor de todos; Google, porque lo sabe todo y el mejor profesor es el que lo sabe todo.... ¿no?...¿NO?.....¡no!.

Puede llegar a ser defendible que en el pasado pudiese ser más útil (no que fuera mejor) una persona que albergase mucho conocimiento a la hora de "enseñar", pero dado que vivimos en la era de información (por lo menos sobre muchas cosas) se ha pasado ya a otro nivel que desde hace varios años muchos profesionales ya aplican en sus programas, y es que el aprendiz no albergue conocimiento sin más, sino que lo interiorice y lo dote de significado, es decir, que construya el mismo el conocimiento, asimilando y comprendiendo porqué y para qué es necesario comprendiendo el cómo se hace.

¿Cómo debe ser este nuevo tipo de maestro?

Siempre experto en la materia que imparta, se hace mucho más vocacional que antes. Se debe de tener además 3 cualidades fundamentales:

El ser asertivo y tener empatía. Todos hemos sido adolescentes. ¡y por ello sabemos que no es fácil tratar con ellos! pero al mismo tiempo sí lo es. Un buen docente sabe lo que supone para sus alumnos sus actos y por lo tanto propicia un clima basado en el respeto y pese a ser un profesional (ojo con los profes colegas) no es un inflexible y sabe ponerse en la piel de alumno que tiene enfrente. Al igual que a un buen trabajador se le premia con un ascenso (no siempre es así) a los alumnos que respondan de forma positiva al proceso de enseñanza y aprendizaje se le debe premiar por ello, y no solo subirles un punto por buena actitud y tal, sino de dotarles de más protagonismo durante el proceso, darles responsabilidades pues queremos que sepan que son dignos de confianza. Por otro lado, estarán los alumnos revoltosos, contestones e incluso violentos. Cabe la posibilidad que no sean ellos mismos quienes quieran ser así, sino que haya algo que les incite a serlo (la fama de malote caciquero por un lado, o problemas familiares y personales por otro, ojo) y no es adecuado ni mostrar debilidad ni intentar dejar claro que estas por encima de él, es decir, no entrar al trapo y por supuestisimo no denigrarle nunca, y menos públicamente. Buscar fallos, tratarle por separado, reflexionar con él de sobre un problema, etc. Es nuestro alumno y nos importa.

La paciencia. Pese a todo, siempre habrá tiranteces con los alumnos y por ello el no perder los estribos y saber adaptar la situación es otra capacidad que un maestro debe tener sin tener que recurrir a echar de clase a fulanito, que es el payaso de clase (y de paso se lo llamo enfrente de sus compañeros, los cuales estallan en carcajadas). Una actitud negativa de un profesor siempre será recordada por el alumnado y hay que recordar que muchos niños tienen conductas malas porque se escudan de sus inseguridades (familiares, físicas, etc)

Creatividad. Si lo importante es saber y aprender, innovemos. Resulta aburrido para un adolescente (para todo el mundo) el leer el libro de texto, copiar de la pizarra o resolver problemas. Es hora de ver más casos prácticos, hacer más dinámicas y ademas hacerlo ameno dentro de lo que se pueda. Se debe hacer que el aprender sea algo gustoso y que cuando comience la clase, solo puedan estar pendientes de las actividades porque les resulte entretenido, pese a que casi ninguno de ellos este ahí voluntariamente (jajajajajajajaja).

Fuentes de información :

He ido al colegio durante muchos años, y como muchas personas recuerdo y me esfuerzo por mejorar las cosas que sé que pueden evolucionar a algo más grande y mejor. Madrid, (años 4-18)

Mis años en la Universidad. que incluye todos los artículos, debates, tutorías, seminarios, exámenes, trabajos e infinidad de ítems más que me dan la capacidad crítica de expresar mi opinión. (18-22, 22-25 y 26-actualemnte, ¡y que sean muchos más!. (Esta última referencia incorporaría a unos cuantos cientos de autores, lamento no citarles, pero les agradezco lo que me enseñaron a aprender)


^^ Muchas gracias por tu tiempo.^^

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